Conocida como el Taj Mahal del Adriático, Villa Sheherezade recién restaurada por Emiliano Salci y Britt Moran de Dimore Studio, es un destino de Las Mil y Una Noches. Los arquitectos han modernizado los interiores del palacete manteniendo su su atmósfera original y su valor histórico.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Villa Sheherezade está situada en la cima de un acantilado, extremo sureste de la costa dálmata . Cuenta con increíbles vistas al Adriático y a la paradisíaca isla de Lokrum, situada enfrente. Es una obra maestra de piedra blanca, coronada con una llamativa cúpula turquesa. Un palacio, construido en 1920, en el que han nacido leyendas y romances épicos. Lo mandó erigir un rico judío ruso Vilim Zimdin que quiso regalar a su amante un palacio oriental de lujo, inspirado los cuentos de de “Las Mil y Una Noches” .

El nombre de Villa Sheherezade lo toma del nombre de la mujer amada, para la que lo construyó como muestra de amor. Y aún hay más romanticismo, Elizabeth Taylor y Richard Burton también pasaron aquí una estancia idílica.

En la actualidad es una propiedad que se alquila. Un palacio morisco dotado de 4.000 m2 de terrazas y rodeada de jardines en los que crecen, palmeras y cipreses. Su excepcional arquitectura de piedra destaca como uno de los monumentos protegidos de Dubrovnik y una de las villas más deseadas de su costa. De hecho, tiene una larga historia en el alojamiento de celebrities.

Dimore Studio ha potenciado el sofisticado atractivo de los espacios a través de una intervención que transmite un elegante equilibrio entre los toques naturales y el encanto colonial, con detalles moriscos y náuticos. Los preciosos muebles antiguos se han conservado para así poder mantener la atmósfera histórica de la villa.

Todas las amplias dependencias se encuentran en la planta baja: El gran salón; el comedor; una sala de estudio y la cocina. Una espectacular escalera culminada por techos abovedados conduce a las plantas superiores, con cinco dormitorios, todos con vistas al mar y al jardín. En la parte más alta, la joya de la corona, la cúpula azul turquesa que acoge una sala de meditación.


Desde la entrada se percibe la magia que envuelve a la villa, los suelos de cerámica blanca y azul y sus muebles coloniales. Este estilo se traslada al gran salón y al comedor contiguo, donde la cerámica se combina con el latón, los paneles de madera y seda azul y la rafia natural. Un ambiente perfecto para encjar algunos clásicos del diseño, desde Gio Ponti a Ingo Maurer y las piezas diseñadas a la medida por Dimore Studio.



Emiliano Salci y Britt Moran ha dotado de un encanto muy especial a los interiores de la villa. Las alfombras de fibra de coco, los armarios de nogal y los revestimientos de seda azul en las paredes protagonizan los ambientes. El estilo es íntimo y suntuoso a la vez pero con toques coloniales naúticos. Y ahí radica el éxito de la actualización. El perfecto y elegante equilibrio entre los distintos toques de estilo y los preciosos muebles antiguos, junto a las nuevas incorporaciones de Dimore que encajan armoniosamente en el palacio.


De ahí que en el restyling brille ante todo, el color, un vibrante dúo de azules y amarillos que traslada los matices del paisaje que rodea la villa. Esta rica paleta convive con la exquisita selección de materiales realizada por Dimore. Las maderas preciosas de nogal, el bambú y las sedas y fibras naturales establecen un hilo conductor entre los espacios modernizados y aportan calidez y ligereza.


En el exterior: un pabellón de estilo árabe, un jardín de invierno rodeado de arcos y exóticas columnas, una piscina con jacuzzi y zona chill out. Y todo rodeado de una tupida vegetación mediterránea: cipreses, pinos, palmeras… que protegen a la villa de miradas indiscretas. Las terrazas descienden entre estrechas escaleras y rocas hasta llegar al mar y una cala privada. Un lugar intemporal y lleno de encanto que evoca mundos lejanos, pero con el lujo, confort y funcionalidad de hoy. Sin duda, Villa Sheherezade es un sueño para los amantes del lujo oriental y la fantasía y un destino para incluir en la wishlist.


Photos: Andrea Ferrari
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